miércoles, 7 de septiembre de 2016

RÍO II. La competición


Hacía tiempo que no asistíamos a una competición al aire libre con un volumen de grandes marcas tan numeroso. En algo Río de Janeiro tenía que destacar sobre otros juegos en lo positivo.

El segundo día de competición tuvimos el mejor 10.000 femenino de la historia; record del mundo, records nacionales, mejores marcas personales, mejores marcas de la temporada… Por fin las sospechosas chinas dejaron de figurar en las tablas de records de las distancias olímpicas femeninas gracias a los 29,17,45 de la etiope Ayana. La carrera fue totalmente dominada por la corredora africana, que se despegó casi desde el comienzo con un ritmo infernal que le llevó a tan extraordinario registro. Una marca que vale más todavía teniendo en cuenta la dificultad de realizarla en un gran campeonato sin liebres, algo muy raro en las pruebas de fondo.



Más previsible era el record mundial establecido en martillo femenino por Anita Wlodarzyc con 82,29 m. Hay que decir que la polaca ya ha vuelto a batir este tope mundial en las reuniones postolímpicas. Sin embargo habrá que ver como avanza la carrera de esta lanzadora, que es demasiado superior a sus rivales y que entrena con un grupo que ha estado siempre bajo sospecha.

Por último la maravillosa final de 400 metros hombres con ese 43,02 de Van Niekerk, que borraba de las tablas el 43,19 de Michael Johnson en Sevilla. Un record conseguido en la calle 8 y con una última recta fantástica donde nunca se apreció una caída de velocidad como suele ser habitual en esta prueba. Los dos grandes favoritos James y Merritt bajaron también de 44. No obstante para mí la sorpresa es relativa ya que el africano era el campeón del mundo en ejercicio.

Sin records del mundo esta vez, como no hablar de Usain Bolt. El Bolt más humano y terrenal que se ha visto en los últimos 8 años en una pista de atletismo. Ganó con marcas asequibles para algunos de sus rivales, 9,81 en 100 y 19,78 en 200. En los 100 metros Gatlin había corrido más rápido este año, pero creo que el dominio psicológico que tiene Bolt sobre sus rivales es clave para entender el resultado. Lo del 200 creo que es irreal, debido a las condiciones meteorológicas con la pista bastante mojada. Es incomprensible que un subcampeón olímpico no baje de 20 sg. Así pues creo que con un tartán  en mejor estado Bolt posiblemente hubiera bajado de 19,60 que ya es una marca muy respetable y a la que ninguno de sus contrincantes creo que hubiera podido llegar. En el 4x100 Bolt cerró su participación en Río con su tercer oro de la competición y su noveno en su historial olímpico.

                                  Usain Bolt. Fernando Frazäo

Otro nombre propio a destacar es el de Mo Farah que repitió triunfo en los 5.000 y 10.000 m al igual que en Londres 2012. este doblete en dos citas olímpicas consecutivas sólo lo había conseguido el finlandés Lasse Virén.
El 10.000 fue una carrera que se resolvió entre seis corredores en una última vuelta de vétigo y donde el keniano Tanui me sorprendió por lo difícil que se lo puso al británico. Tanui logró su mejor marca personal en una carrera de ritmo alto pero no suicida. 27,05 es una buena marca para un gran campeonato.
En circunstancias parecidas se desarrolló el 5.000 con Farah matando al final, un segundo clasificado que puso cierta resistencia y logró su mejor marca de siempre, el nacionalizado estadounidense Chelimno, y un buen registro para una final olímpica, 13,03.
Quizás algo más desapercibido pasó el triunfo de David Rudisha en el 800 con una gran marca de 1,42,15 seguido por Makhloufi,  que es un ejemplo de gran competidor. Hay que recordar que en Londres fue campeón olímpico de 1.500 y de Río ha salido con dos medallas sin tener aparentemente las condiciones de algunos de sus rivales. Otro ejemplo de esta excelencia competitiva y al que yo le auguro muchos éxitos es el saltador de altura canadiense Derek Drouin que se impuso con unos notables 2,38. Buena victoria también la del brasileño Da Silva con unos estupendos 6,03.

Cambiando de tercio, siempre tengo con un amigo una porra de posibles “globeros”. No se entienda esto como de atletas malos, ni nada despectivo. Con este concepto nos referimos a atletas que echan a perder sus opciones por errores tácticos de bulto o un mal planteamiento de la prueba. En Río ha habido más casos de lo esperado en las grandes estrellas.

En la porra de los dos figuraba el mediofondista keniano, campeón olímpico de 1.500 en Pekín, Asbel Kiprop,  que no se si es más prepotente que cabeza loca, porque un atleta con esas condiciones, que además según la información que tengo, siempre quiere hacer trabajo extra cuando concluye su entreno de grupo, me resulta inexplicable lo mal que se mueve en las carreras  en general, con cambios de ritmo absurdos e inútiles que le cuestan derrotas siendo muy superior a sus rivales.

El contrapunto a su sensacional 10.000 lo puso Ayana en el 5.000 con un planteamiento disparatado de la prueba, que ya comenzó en la semifinal, donde se marchó completamente sola para ganar su serie con una ventaja sobre la segunda de 13 sg, lo que después de batir el record del mundo de 10.000 era totalmente innecesario. Sin embargo ninguno dudábamos de su victoria en la final, e incluso algunos pensaban en la posibilidad de un nuevo record del mundo. Pero la realidad fue que perdió una carrera que tenía ganada sólo por el temor de sus rivales. Ayana se fue detrás de una de las japonesas y ya se distanció del grupo en el primer kilómetro. Cuando el grupo reacciona, o mejor dicho la japonesa comenzó a ir menos rápida, creo que Ayana debió superarla y recuperar ritmo. Esto hubiera hecho que en el grupo hubiera dudas para tirar y que las atletas se hubieran centrado en competir por la plata. Ayana se dejó coger por la japonesa, para después volver a cambiar el ritmo a mitad de carrera, cambios que no realizaron sus rivales y que no las desgastaron. Finalmente en las dos últimas vueltas Ayana comenzó a dar muestras de debilidad lo que permitió que las keniatas Cheruyot y Obiri la superaran claramente en la línea de meta. Si hubiera seguido la apuesta de la japonesa en solitario o hubiera ido toda la prueba protegida en el grupo creo que habría conseguido el oro.

                           Cheruyot, ganadora del 1.500. Agencia Brasil

La derrota de Genzebe Dibaba en 1.500 me ofrece más dudas, ya que el estado de forma de la etiope no es tan sensacional como el de la temporada pasada. Es posible que Kipyegon le hubiera batido en cualquier tipo de escenario, pero creo que la elección de la campeona etiope no fue la correcta. Si ella notaba que le faltaba velocidad, podía haber salido ya tirando, ya que su ritmo es muy alto, y si le faltaban kilómetros creo que debería haberse guardado bastante más, ya que empezó a apretar a mitad de carrera para al final conseguir la plata en una carrera de marca media. Pero ya digo que posiblemente hubiera terminado ganándola Kipyegon en cualquier tipo de prueba.

Quería terminar este artículo mencionando lo disparatado de los horarios con finales de pista por la mañana y sesiones de tarde que acababan cerca de la medianoche en el horario local, Sobre todo teniendo en cuenta que Río no ha paralizado ni trabajo ni escuelas. Creo que se debería haber apostado por la tarde, y llenar las mañanas con invitaciones a colegios. Pero bueno sólo es una gota más en el vaso de los despropósitos.

En la siguiente entrada analizaremos la actuación de los españoles.








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