El calzado es un elemento fundamental en cualquier práctica
deportiva, ya que un tipo inadecuado, no sólo provoca que el rendimiento no sea
el óptimo, si no que puede provocar lesiones.
Primero elegiremos siempre zapatillas propias de la
actividad que realizamos, en este caso correr. Dentro de ese abanico también se
nos abren diferentes posibilidades dependiendo de la superficie, la pisada, el
tipo de uso, las características físicas del corredor….
Empezaremos valorando nuestro propio estado físico. A mayor
sobrepeso elegiremos unas zapatillas de mayor amortiguación, para absorber más
eficazmente los continuados impactos y así evitar lesiones.
La superficie donde vamos a desarrollar la actividad también
es importante. Si elegimos terreno montañoso, elegiremos zapatillas de trail
que son muy resistentes, aunque más pesadas y menos rápidas, mientras que si
trotamos por parques y asfalto seleccionaremos unas zapatillas mixtas.
También puede cambiar nuestra decisión si queremos
zapatillas para competir. Normalmente son muy livianas y benefician un impulso de la parte delantera
del pie, lo que nos hace ganar velocidad. Yo no recomendaría esto a corredores
de dos o tres días por semana ya que este calzado está pensado para gente con
una buena técnica de carrera y buen nivel competitivo. De hecho atletas de gran
nivel si no están en gran forma compiten muchas veces con zapatillas de
entrenamiento.
En una planificación de dos tres días a la semana se puede
trabajar perfectamente con zapatillas neutras, que son la mayoría. No obstante,
si tenéis molestias sin grandes cargas, o notáis que el pie se va hacia adentro
en la carrera (pronación) o hacia fuera (supinación), usad entonces zapatillas
de esas características.
Partiendo de que un dinero invertido en calzado nuca es un
dinero pérdido, no es necesario irse a lo más caro del mercado, si bien es
importante que nuestras zapatillas nos den una cierta seguridad de calidad.
No os dejéis guiar a ciegas por recomendaciones de amigos a
la hora de elegir, ya que seguramente tendréis diferencias de estado de forma,
de peso, de apoyo, de potencia…. Tenéis que guiaros por vuestras propias
sensaciones. Lo principal que tenemos que valorar en este caso es la comodidad.
Para elegir convenientemente, es bueno que nos probemos los
dos números más cercanos a nuestras necesidades. Comprobaremos que el talón
este bien fijado, que tengamos libertad para mover los dedos y a su vez que
podamos recoger el índice y el gordo. El momento ideal para probarlas es la
última hora de la tarde, ya que tendremos el pie más dilatado por el paso del
día. Lo mejor también es que llevemos lo calcetines con los que practiquemos la
actividad.
Las zapatillas también tienen que tener un cuidado. No es
recomendable meterlas a la lavadora, mejor limpiarlas con jabón neutro y un
cepillo de uñas. Recordad también que el calzado de running tiene una
caducidad, que normalmente se sitúa alrededor de los 1.000 km , o traducido: Si
salís tres días a la semana 6-8 meses, aunque esto depende de muchas cosas. Es
importante que tengáis esto en cuenta aunque no haya un desgaste visible en las
deportivas.
Hay muchas zapatillas en el mercado de diferentes marcas y
de gran calidad, así que como ya os he dicho antes, me parece atrevido realizar
recomendaciones ya que cada corredor tiene unas características diferentes. Lo
mejor es que acudáis a tiendas donde contéis con ayuda especializada