lunes, 19 de septiembre de 2016

RÍo III. Los españoles


Me resulta difícil saber el camino por el que llevar este artículo; donde empezarlo o terminarlo, a que darle más importancia, y sobre todo como ser constructivo en las partes críticas del mismo.

Comencemos diciendo que el balance en metales fueron un oro y una plata y que sumamos dos diplomas más. Esto tan simple podríamos interpretarlo de varias maneras.
Por un lado hacía bastante tiempo que no se lograban metales en una cita olímpica, concretamente doce años. Por otro podemos decir que cuatro finalistas, contadas las medallas en una expedición de cerca de 60 atletas se antoja como un balance pobre.

Lo primero que pediría a la federación y a los periodistas es que me aclaren cual es el principal medidor de éxito o fracaso. Ya que cuando fuimos para arriba en los 90 se decía que las medallas y nuestra posición en el medallero hablaba muy a las claras de la salud de nuestro atletismo. Cuando a principios de este siglo comenzó el declive y además faltaban nombres individuales pasó a decirse que lo que realmente marcaba el estado de nuestro deporte era el número de finalistas. Por favor aclárense, no nos pongan una venda y sean claros. Cuatro clasificaciones entre los ocho primeros con 50 aletas aproximadamente es un fracaso. Comparemos con delegaciones con un número de atletas parecido y sacaremos la conclusión. Y ahora nos dicen que si esto es muy duro, nacionalizaciones express en otros países y demás. Yo estaría más preocupado de la cantidad de atletas nuestros que han sido incapaces de acercarse a sus marcas, o que en carreras tácticas han estado muy lejos de lo que se esperaba, y para eso no hay que mirar a otros lados ni poner excusas. Hay que analizarlo y poner soluciones.

                          Ruth Beitia recibe la medalla de oro de salto de altura

Por supuesto alguna gran alegría ha habido, como el histórico y merecidísimo oro de Ruth Beitia. Hay veces, no tantas como cuentan las películas, que si persigues algo toda una vida y tienes una gran dedicación y condiciones para conseguirlo, pues lo haces. A eso me ha sabido el oro de Ruth Beitia, al final de uno de esos films de Hollywood donde un deportista cuando parece que le pasó el último tren consigue algo excepcional. Como saltamos del sofá en nuestras casas, cuantas parejas se levantaron de la cama para decirle a su compañero o compañera un “que haces chillando a estas horas”. Simplemente la primera mujer en la historia de España en conseguir un oro, y lo que a mi más me gusta, sin salir nunca de su casa y siempre con el mismo entrenador. A veces en un deporte de números nos volvemos locos para buscar la mejora, cuando sólo hay que tener paciencia y confianza en los que te rodean.

Excelentes prestaciones las de orlando Ortega, que consiguió una histórica plata en el 110 vallas, pero que a mi me dejó con un sabor pelín agridulce, ya que yo esperaba el oro, pero una plata es un gran resultado sin duda. Yo esperaba un poc más porque Orlando además de para mí ser el mejor vallista del mundo, es técnicamente también el mejor. Esto es muy importante ya que en una situación de estrés máximo como la final es más fácil que en una prueba con la siniestrabilidad del 110 falle la gente técnicamente menos dotada. Pero como digo una plata es un resultado fantástico.

No quiero dejarme sin destacar a los otros dos finalistas David Bustos y Bea Pascual que siempre exprimen al máximo sus posibilidades en grandes competiciones y no suelen fallar. Bea lleva ya tres diplomas olímpicos y David dos medallas en campeonatos de Europa además de este diploma, y esto sin tener las grandes marcas de los especialistas españoles de 1.500 de antaño.
Especial mención merecen los autores de records de España Sergio Fernández y Bruno Hortelano, que pese a no llegar a la final compitieron a gran nivel logrando sendas plusmarcas nacionales en 400 vallas y 200.

                         Orlando Ortega, subcampeón olímpico de 110 m vallas

Ahora viene lo más duro. No es  cuestión de personalizar, y por supuesto tampoco hay que dudar del interés y el esfuerzo puesto por todos los atletas de nuestra delegación en hacerlo lo mejor posible. Mucha gente no es consciente de lo que hay que entrenar en este deporte para ser un atleta del montón, y digo atleta no runner, que para mí son dos cosas distintas. Así que para estar en la élite que nadie dude que hay que machacarse muchísimo.  Pero las actuaciones muy por debajo del nivel han sido excesivas. En otro artículo trataré de analizar mucho más detalladamente lo que podrían ser las causas pero aquí señalo ciertas cosas que creo que no deben volver a pasar.

He escuchado demasiadas veces de boca de los deportistas. –No estaba bien, tenía dolores aquí o allá, me lesioné hace un mes… pero me hacía mucha ilusión y lo importante era estar aquí- Pues mira no, no estoy de acuerdo. Se lleva a los atletas por unas marcas que acreditan en un estado de forma  bueno como mínimo. Por lo tanto si estos atletas no están en ese estado de forma, como poco, deberían renunciar. No se lleva gente y se pagan viajes y dietas para estar, si no para competir. Siento mucho ser tan claro pero esa es la realidad, igual que muchos renuncian a campeonatos de España y otras pruebas por bajo estado de forma o enfermedad, aquí con más razón, que el dinero sale de cuentas del estado que mantenemos todos. Así pues yo creo que el primer problema está en la mentalidad del atleta español  Por supuesto hay veces que tienes un mal día y las cosas no salen bien, pero como digo la colección de fracasos ha sido excesiva.

Lo segundo y esto va por las y los saltadores de triple, longitud y velocistas. Ya vale con Sierra Nevada. Ya está bien, todos lo años igual. Ellos son los primeros que saben de la irrealidad de esas marcas, más de medio metro superiores a sus segundos registros del año en alguno de los casos. Pero en este tema entraré más a fondo en otro artículo.

La presencia de unos europeos el mismo año olímpico tampoco ayuda, ya que los deportistas españoles tienen muchas más oportunidades de brillar y obtener resultados en esta competición, y quizás también la afronten más preparados mentalmente.

No quiero extenderme más, ya lo matizaré  introduciré temas como nacionalizaciones o mínimas en una futura entrada.

Por último no se me quería pasar la peor retransmisión de la historia de la televisión española de los juegos olímpicos. Sólo Raúl Chapado a partir del segundo día estuvo a la altura. No podemos llevar a Gerardo Cebrián, jefe de prensa de la federación española. Primero porque no se puede ser objetivo ni enteramente libre para comentar debido a su trabajo. Segundo por su escasa capacidad de oratotria, ya que habla demasiado para ser comentarista, además de tartamudeos, muletillas y otras incorreciones. Y por último la cantidad de errores, datos incorrectos y confusiones que salieron de su boca a pesar de las redes sociales y de las bases de datos a las que tiene acceso. Dirá que como corregía por eso nos dábamos cuenta, pero no es así que había cuestiones que todo el mundo conoce y el decía mal. De Amat Carceller simplemente decir que no está a la altura de Ernest Rivera o Gregorio Parra. Yo prefería al Carceller de Pekín antes de que lo callara Manuel Olmedo. Ya nunca ha vuelto a ser el mismo.


El atleta délite en nuestro país pocas veces acepta la crítica como el halago. Eso ha hecho que siempre unos y otros se pongan vendas ante realidades como las que hemos vivido en estos juegos. Yo prefiero no tener medallas y que todos nuestros atletas compitan en su verdadero nivel.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

RÍO II. La competición


Hacía tiempo que no asistíamos a una competición al aire libre con un volumen de grandes marcas tan numeroso. En algo Río de Janeiro tenía que destacar sobre otros juegos en lo positivo.

El segundo día de competición tuvimos el mejor 10.000 femenino de la historia; record del mundo, records nacionales, mejores marcas personales, mejores marcas de la temporada… Por fin las sospechosas chinas dejaron de figurar en las tablas de records de las distancias olímpicas femeninas gracias a los 29,17,45 de la etiope Ayana. La carrera fue totalmente dominada por la corredora africana, que se despegó casi desde el comienzo con un ritmo infernal que le llevó a tan extraordinario registro. Una marca que vale más todavía teniendo en cuenta la dificultad de realizarla en un gran campeonato sin liebres, algo muy raro en las pruebas de fondo.



Más previsible era el record mundial establecido en martillo femenino por Anita Wlodarzyc con 82,29 m. Hay que decir que la polaca ya ha vuelto a batir este tope mundial en las reuniones postolímpicas. Sin embargo habrá que ver como avanza la carrera de esta lanzadora, que es demasiado superior a sus rivales y que entrena con un grupo que ha estado siempre bajo sospecha.

Por último la maravillosa final de 400 metros hombres con ese 43,02 de Van Niekerk, que borraba de las tablas el 43,19 de Michael Johnson en Sevilla. Un record conseguido en la calle 8 y con una última recta fantástica donde nunca se apreció una caída de velocidad como suele ser habitual en esta prueba. Los dos grandes favoritos James y Merritt bajaron también de 44. No obstante para mí la sorpresa es relativa ya que el africano era el campeón del mundo en ejercicio.

Sin records del mundo esta vez, como no hablar de Usain Bolt. El Bolt más humano y terrenal que se ha visto en los últimos 8 años en una pista de atletismo. Ganó con marcas asequibles para algunos de sus rivales, 9,81 en 100 y 19,78 en 200. En los 100 metros Gatlin había corrido más rápido este año, pero creo que el dominio psicológico que tiene Bolt sobre sus rivales es clave para entender el resultado. Lo del 200 creo que es irreal, debido a las condiciones meteorológicas con la pista bastante mojada. Es incomprensible que un subcampeón olímpico no baje de 20 sg. Así pues creo que con un tartán  en mejor estado Bolt posiblemente hubiera bajado de 19,60 que ya es una marca muy respetable y a la que ninguno de sus contrincantes creo que hubiera podido llegar. En el 4x100 Bolt cerró su participación en Río con su tercer oro de la competición y su noveno en su historial olímpico.

                                  Usain Bolt. Fernando Frazäo

Otro nombre propio a destacar es el de Mo Farah que repitió triunfo en los 5.000 y 10.000 m al igual que en Londres 2012. este doblete en dos citas olímpicas consecutivas sólo lo había conseguido el finlandés Lasse Virén.
El 10.000 fue una carrera que se resolvió entre seis corredores en una última vuelta de vétigo y donde el keniano Tanui me sorprendió por lo difícil que se lo puso al británico. Tanui logró su mejor marca personal en una carrera de ritmo alto pero no suicida. 27,05 es una buena marca para un gran campeonato.
En circunstancias parecidas se desarrolló el 5.000 con Farah matando al final, un segundo clasificado que puso cierta resistencia y logró su mejor marca de siempre, el nacionalizado estadounidense Chelimno, y un buen registro para una final olímpica, 13,03.
Quizás algo más desapercibido pasó el triunfo de David Rudisha en el 800 con una gran marca de 1,42,15 seguido por Makhloufi,  que es un ejemplo de gran competidor. Hay que recordar que en Londres fue campeón olímpico de 1.500 y de Río ha salido con dos medallas sin tener aparentemente las condiciones de algunos de sus rivales. Otro ejemplo de esta excelencia competitiva y al que yo le auguro muchos éxitos es el saltador de altura canadiense Derek Drouin que se impuso con unos notables 2,38. Buena victoria también la del brasileño Da Silva con unos estupendos 6,03.

Cambiando de tercio, siempre tengo con un amigo una porra de posibles “globeros”. No se entienda esto como de atletas malos, ni nada despectivo. Con este concepto nos referimos a atletas que echan a perder sus opciones por errores tácticos de bulto o un mal planteamiento de la prueba. En Río ha habido más casos de lo esperado en las grandes estrellas.

En la porra de los dos figuraba el mediofondista keniano, campeón olímpico de 1.500 en Pekín, Asbel Kiprop,  que no se si es más prepotente que cabeza loca, porque un atleta con esas condiciones, que además según la información que tengo, siempre quiere hacer trabajo extra cuando concluye su entreno de grupo, me resulta inexplicable lo mal que se mueve en las carreras  en general, con cambios de ritmo absurdos e inútiles que le cuestan derrotas siendo muy superior a sus rivales.

El contrapunto a su sensacional 10.000 lo puso Ayana en el 5.000 con un planteamiento disparatado de la prueba, que ya comenzó en la semifinal, donde se marchó completamente sola para ganar su serie con una ventaja sobre la segunda de 13 sg, lo que después de batir el record del mundo de 10.000 era totalmente innecesario. Sin embargo ninguno dudábamos de su victoria en la final, e incluso algunos pensaban en la posibilidad de un nuevo record del mundo. Pero la realidad fue que perdió una carrera que tenía ganada sólo por el temor de sus rivales. Ayana se fue detrás de una de las japonesas y ya se distanció del grupo en el primer kilómetro. Cuando el grupo reacciona, o mejor dicho la japonesa comenzó a ir menos rápida, creo que Ayana debió superarla y recuperar ritmo. Esto hubiera hecho que en el grupo hubiera dudas para tirar y que las atletas se hubieran centrado en competir por la plata. Ayana se dejó coger por la japonesa, para después volver a cambiar el ritmo a mitad de carrera, cambios que no realizaron sus rivales y que no las desgastaron. Finalmente en las dos últimas vueltas Ayana comenzó a dar muestras de debilidad lo que permitió que las keniatas Cheruyot y Obiri la superaran claramente en la línea de meta. Si hubiera seguido la apuesta de la japonesa en solitario o hubiera ido toda la prueba protegida en el grupo creo que habría conseguido el oro.

                           Cheruyot, ganadora del 1.500. Agencia Brasil

La derrota de Genzebe Dibaba en 1.500 me ofrece más dudas, ya que el estado de forma de la etiope no es tan sensacional como el de la temporada pasada. Es posible que Kipyegon le hubiera batido en cualquier tipo de escenario, pero creo que la elección de la campeona etiope no fue la correcta. Si ella notaba que le faltaba velocidad, podía haber salido ya tirando, ya que su ritmo es muy alto, y si le faltaban kilómetros creo que debería haberse guardado bastante más, ya que empezó a apretar a mitad de carrera para al final conseguir la plata en una carrera de marca media. Pero ya digo que posiblemente hubiera terminado ganándola Kipyegon en cualquier tipo de prueba.

Quería terminar este artículo mencionando lo disparatado de los horarios con finales de pista por la mañana y sesiones de tarde que acababan cerca de la medianoche en el horario local, Sobre todo teniendo en cuenta que Río no ha paralizado ni trabajo ni escuelas. Creo que se debería haber apostado por la tarde, y llenar las mañanas con invitaciones a colegios. Pero bueno sólo es una gota más en el vaso de los despropósitos.

En la siguiente entrada analizaremos la actuación de los españoles.