jueves, 24 de noviembre de 2016

LA IMPORTANCIA DE ENTRENAR CON UN GRUPO

Antes que nada quiero disculparme por tardar tanto en volver a publicar. He mantenido al día las próximas carreras, pero el tiempo no me ha dado para más.

Dicho esto: Se acerca el invierno. Eso quiere decir frío, viento, lluvia... En resumen, mal tiempo. Una época donde coger los bartulos para entrenar, o simplemente salir de tu casa por cuestiones que no sean trabajo resulta duro. Si además, te estás recuperando de alguna dolencia, es posible que esa fase de reposo la alargues más de lo necesario.

Queda muy romántico hablar de la soledad del corredor de fondo y esas cosas, pero la realidad que nos conviene es muy distinta a cualquier nivel. Correr en solitario y preparar los entrenamientos por tu cuenta no es la mejor opción. Lo he dicho en artículos anteriores, pero me parece importante resaltarlo ahora.

Cuántas veces hemos visto esos parques llenos de gente allá por el mes de septiembre a cualquier hora. Pero como cambia la cosa conforme llega el mal tiempo. Y eso que ahora con el boom del running se nota menos, y a eso dela 8 de la tarde sigue habiendo una gran afluencia, pero desde luego no es la misma de final de verano y comienzo del otoño.



Como digo los contratiempos se llevan mejor en grupo y, sobre todo, en un deporte tan duro. Muchos días llegamos cansados y sin ánimo a casa. Pero está ese amigo o amiga pesada que nos recuerda que hemos quedado para hacer unas series, y a regañadientes, pero allí que vamos. Y lo bueno es que una vez que nos ponemos se nos olvidan todos los males, salvo el dolor de piernas y el no encontrar oxígeno por ningún lado, claro.

Además, cuando en un entrenamiento de calidad hace mal tiempo, realizar el trabajo acompañado reduce notablemente el desgaste, lo que ayuda a mejorar los tiempos de las series. Esa mejora luego se nota en competición por supuesto.

En la competición podemos tener alguien de nuestra cuadrilla con objetivos parecidos, y realizar mucha parte del trayecto juntos nos puede ser de ayuda en momentos de crisis, nos permite ir a relevos, e incluso compartir alimentos o agua si el otro lo necesita más.

Por último, para los aficionados, lo que tiene que resultar más gratificante es la creación de relaciones sociales y vínculos afectivos que pueden llegar a durar toda la vida. 

Si en estos momentos estás entrenando solo, no doy mucho porque llegues a veranos sin ceder en tu empeño, aunque es posible claro está. Hazme caso, busca un grupo de entrenamiento, y aunque eso de salir cuando te de la gana se acabe, a cambio disfrutarás mucho más de la actividad, y seguramente encontrarás una nueva familia deportiva